Escrito por: SORAYA
LARA DE MÁRMOL, M. A.
Sicóloga, Terapeuta
familiar
Pregunta del lector:
Compartí una relación de 3 años.
Decidí terminar por infidelidad de la madre de mi hijo de 5 años (nunca fui infiel).
Compartí una relación de 3 años.
Decidí terminar por infidelidad de la madre de mi hijo de 5 años (nunca fui infiel).
Tuve una depresión
de año y medio, después de mi decisión. En ese periodo sostuvimos encuentros
sexuales desordenados.
Quiere regresar pero ya no quiero hacerlo.
Respuesta de la
terapeuta: Solemos ver en parejas
depresiones a consecuencia de las infidelidades.
Tanto en hombres como
en mujeres.
Duele el quebrantamiento de la lealtad y
fidelidad.
Toda pareja espera incondicionalmente
que esos principios se cumplan, independientemente de lo funcional o no de la
relación.
La infidelidad
podría desestructurar el yo de personas de manera temporal o definitiva, cuando
se “necesita” del yo de la otra para vivir.
La pareja se vuelve una necesidad
psicológica: “sin ti no puedo vivir”.
Esta entidad psicológica fusionada hace que
las personas sucumban ante la
infidelidad y la separación, sufriendo angustias por separación.
Trae en sí
misma depresiones severas.
Debido a esta
realidad emocional, las parejas se separan y vuelven, aparece la danza de
acercamiento y distancia.
Acercarse trae calma porque estuvo durante
años conviviendo con esa persona a quien se quiere.
Una vez aparecen los
pensamientos de dolor por la “traición” vivida -como suelen expresar las
personas- vuelve la separación y
ruptura.
Se da una
ambivalencia o lucha afectiva “si perdonar y quedarme” o “dejarla de manera
definitiva.
Encontramos personas
decir que no pueden superar en términos
de sufrimiento psíquico la infidelidad.
Queda como una
cicatriz emocional.
En los hombres suele
ser más complejo psicológicamente por los condicionantes culturales, suelen
cuestionar su masculinidad.
Mientras se va
pasando por cada una de estas
situaciones, las parejas vuelven y se dejan hasta llegar a una decisión
definitiva.
La persona que ha sido víctima de la infidelidad
es quien decide si se queda o no.
Usted tendrá que
valorar si se queda o no, tomando en cuenta si podrá vencer, a pesar de superar
el dolor, los pensamientos invasivos e intrusos que aparecerán por un tiempo y
la vergüenza social que se sufre ante esta experiencia.
Y el temor a que
vuelva a ocurrir.
Si usted no se
siente seguro en retomar la relación en este momento, mejor espere.
Vuelva si se siente
seguro de su decisión, más que de los anhelos de ella.
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