Escrito por: SORAYA LARA DE MÁRMOL, M. A.
Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora: Quisiera poder comunicarme mejor con mis hijos. Muchas veces les hablo peleándoles. Creo que me desespero fácilmente. Me he dado cuenta que esto los aleja de mí. Cuando me acerco a ellos me doy cuenta que están muy molestos conmigo. No me corresponden. A veces pienso que son malagradecidos; otras que quizás les hago daño. ¿Estoy actuando mal? ¿Qué hago?
Respuesta de la terapeuta: Hay madres y padres que responden reactivamente a los hijos, dependiendo de la etapa de desarrollo en que estos se encuentran, quizás porque, en determinado ciclo, no han desarrollado las habilidades para manejarse.
Identifique en qué etapa del ciclo de desarrollo se encuentra cada uno, para, en consecuencia, relacionarse con ellos. Esto le ayudará a establecer reglas.
Cuando se les pelea o grita a los hijos, estos tienden a experimentar ansiedad y miedo. Las palabras hirientes con tono de voz alto van acompañadas de expresiones faciales y posiciones corporales que igualmente comunican el grado de enojo. Dependiendo de la lectura o interpretaciones que ellos hacen serán sus respuestas.
Las palabras y gestos se van registrando y fijando en la memoria de los hijos a través de los años. Poco a poco van marcando el sistema emocional de usted con cada uno de ellos.
Dependiendo de a qué, cómo y de qué manera usted reacciona ante los comportamientos, ellos van aprendiendo los temas o conductas a los que usted reacciona. Si sus respuestas suelen ser desorganizadas, es decir, que a veces reacciona, otras no, se les hará más difícil tener que predecir cuándo usted reaccionará y cuando no.
Le sugiero identificar las conductas de sus hijos que le activan la tensión para que sepa qué va a modificar.
Haga que se reconozca su autoridad sin tener que llegar a reacciones de enojo.
En periodo de calma, dígale a cada uno la conducta que usted no está dispuesta a tolerar. Mírele a los ojos y dígalo con convicción. Deje claro lo que quiere decir. Cuando aparezca la conducta, aplique el correctivo que eligió. Solo aplíquelo, no discuta sobre lo establecido. Procure ser eficaz.
Si siente que va a perder el control, primero, retírese, respire profundamente, no alimente el pensamiento que le activó el malestar. Una vez calmada, diríjase a quien tiene que corregir y aplique la consecuencia.
Mantenga la firmeza sin gritar.
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